Aunque es un concepto bastante conocido, queremos incidir en la definición de esta expresión y aprovechar para alabar las cualidades de la energía solar.
Las energías renovables provienen de fuentes de energía naturales que no se agotan y son regenerables. Las energías renovables son: la energía solar, la energía eólica, la energía geotérmica, la hidroeléctrica, mareomotriz, la biomasa y los biocomustibles.
Estas energías renovables se dividen también en dos categorías: las limpias y las contaminantes. Las primeras son ésas cuyas fuentes son: el sol (energía solar), las olas (energía undimotriz), las masas de agua dulce a masas de agua salada (energía azul), del calor de la Tierra (energía geotérmica), el viento (energía eólica), los mares y océanos (energía mareomotriz), los ríos y las corrientes (energía hidráulica). Las energías contaminantes son las que provienen de la materia orgánica o biomasa, puesto que después se utilizan como combustible como el bioetanolo o el biodiésel.
Las energías verdes son las que no alteran el medio ambiente, sino que ayudan a la preservación del planeta, por eso, aparte de que suelen ser más económicas y accesibles, es importante apostar por ellas. No se producen desechos, no usa combustibles (sabiendo cuál es el precio que la sociedad internacional paga por el combustible no sólo a nivel ecológico ni económico sino también a nivel social).
¿Cómo se obtiene esta energía solar?
Se capta la luz y el calor desprendido del sol a través de paneles fotovoltaicos que transforman esta energía calórica en energía eléctrica. Esta energía se almacena para poder ser utilizada después en casa. Fácil. Seguro.