Cómo hacer una estufa solar en 10 pasos
Todos hemos podido notar en nuestras propias carnes, incluso en el día más frío del invierno, como el sol al brillar nos calienta. Uno de los usos más primitivos de la energía solar es este. Es habitual colocar depósitos de cemento llenos de agua sobre las azoteas en casas de campo para que por el día el agua salga tibia. O simplemente el uso de abrir las persianas para que el sol que entra por la ventana caliente la casa.
Con estos mismos principios podemos realizar una estufa solar a modo de calentador solar que nos caldee la casa en las horas de sol, sacándole más rendimiento a los tímidos rayos del invierno. Y podemos, incluso, realizar nosotros mismos una pequeña instalación autónoma que nos caliente la casa aun sin estar nosotros dentro, para que al volver la encontremos caldeada. Esto puede ser muy útil en segundas residencias, las cuales siempre a nuestra vuelta nos reciben muy fríamente.
Todo el material que necesitamos es fácilmente conseguible, pero además puede ser reutilizado de viejas instalaciones. Necesitamos:
Una chapa grande de metal
Pintura negra
Una lámina de corcho aislante
Tela asfáltica o similar
Silicona
Un ventilador de extracción de cuarto de baño de 12V
Una cortinilla de extracción de las que se abren al circular el aire
Dos tubos cuadrados o rectangulares
La idea es crear una caja negra que calentará el aire en su interior. Gracias a un pequeño panel solar fotovoltaico y a un ventilador de 12V podremos recircular este aire caliente hacia el interior de nuestra casa. Con la ventaja de que al ser un panel solar, solamente funcionará la estufa cuando el sol incida sobre todo el conjunto, tendremos así un calentador solar autónomo.
La caja la podremos colgar en una pared exterior sobre la que incida el sol o sobre un tejado lo más orientado al sur posible. El aire que haremos circular por dentro de la estufa para calentarlo tiene que ser extraído de la casa y devuelto a ella una vez caliente. Es por ello que necesitamos poder instalar los dos tubos a través de la pared (o ventana) o techo, según sea nuestra opción elegida.
Partimos de la chapa de metal que tengamos. Imaginemos que tenemos una chapa de 1 m2, de 1 metro de largo por 1 metro de ancho. Esta será la tapa de la caja que queremos construir.
Cortaremos nuestro corcho o aislante con las mismas dimensiones, en este caso un cuadrado de 1 x 1 m. Tenemos así la cara contraria a la chapa. A partir de estas dos, configuramos las restantes 4 caras cortando adecuadamente el corcho, para el ejemplo serían 4 trozos de 1 metro de largo por, por ejemplo, 20 cm de ancho. Unimos estos 4 trozos al grande de corcho con silicona o con el pegamento del que dispongamos. Y conseguimos así una caja sin la tapa. Es esta la que debemos forrar internamente con tela asfáltica o similar, consiguiendo cierta estanqueidad. No es necesario que sea estanco pero cuanto mejor lo hagamos menos aire caliente se nos escapará.
El siguiente paso es preparar las aperturas por las que entrará y saldrá el aire. Marcaremos unos círculos o cuadrados equidistantes al centro, cercanos ya a las paredes de la caja, de la medida que tengamos de tubo.
Paralelamente podemos preparar la tapa, es decir, la chapa metálica.
Le aplicaremos pintura negra, para captar mejor el calor del sol. Cada color lo vemos de su color porque refleja la longitud de onda correspondiente de la luz solar, a excepción del negro, que las absorbe todas, es por ello que al pintarlo de negro estamos mejorando la captación de la luz y por consiguiente de la energía que transporta.
Ya tenemos preparada la tapa de la caja. Solo nos falta unirle la fuente motora del ventilador, una pequeña placa solar de 12V. Podemos fijarla sobre la tapa o instalarla aparte, pero de esta manera conseguimos que el conjunto sea autónomo, además, solo funcionará cuando le dé el sol, que al final es lo que deseamos.
En el esquema hay fijada una placa solar barata de pequeño tamaño, como esta: la cual es suficiente para mover un pequeño ventilador de 12V. Si lo hacemos así prepararemos ya el cableado a través de la chapa metálica y fijaremos la placa a la misma, por ejemplo pegando el marco del módulo a la chapa con un pegamento resistente al agua y al calor.
Nos queda preparar la tercera parte del conjunto, los tubos de entrada y salida de aire. El tubo que extrae el aire de la casa será el que se sitúe a la parte más baja y montaremos a su extremo la cortinilla que se abre al pasar el aire. Dicha cortinilla deberemos instalarla permitiendo la circulación del aire en dirección exterior a la casa y no al revés.
Con el otro tubo realizaremos un trabajo similar. Fijaremos el ventilador a su extremo y así nos permitirá el movimiento del aire a través de nuestra estufa cuando el panel solar le aplique los 12V necesarios. En caso de montarlo del revés, solamente intercambiando positivo y negativo conseguiremos el movimiento en el sentido correcto.
Nos queda solo fijar las diversas piezas del conjunto, sellarlas con silicona para hacerlo lo más estanco posible y montarlo en la ubicación que más nos convenga.
Tenemos por tanto así nuestra estufa solar finalizada.